No hay duda: somos muchas manos. Y en cada curso de cocina lo comprobamos.
Son manos privilegiadas, que tocan y transforman lo mejor de nuestra tierra. Como las de Pep Lluís, que cuidan el aceite y el vino de Biniagual; las de Bárbara Flaquer, que reinventan la Ametlla+ de Mallorca; las de Laura Calvo, que reparten Flor de Sal des Trenc por todo el mundo; las de Jordi Seguí que acompañan los cafés y los tes de Marabans.
Y después están las manos de Carlos García y Miquel Lladó, y las de Erik Llofriu, Erik Hervàs y Luis Lozano, alumnos de Cocina y de Restauración en la Escuela de Hostelería de les Illes Balears. Y las de su profesor, Gabriel Perelló. Y las de los propios alumnos del curso #a4manos.
Si a ellos sumamos las geniales manos de María Salinas y Pablo Mariñas… ¡tenemos todos los ingredientes para un curso de cocina de primera!
Gracias a todos por participar, y por vuestras valoraciones que nos ayudan a mejorar.
Salimos del curso con recetas e ideas que trasladar a nuestras cocinas, pero también con la experiencia de que juntos somos mejores.