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Llevo tres años y medio viviendo en Mallorca muy intensamente. Esta temporada me he estrenado en los fogones del restaurante Pez Playa del hotel Me Mallorca.
Aprendí a cocinar en mi casa, fijándome en mis padres, supongo que ellos me metieron el gusanillo. Estudié en la escuela de hostelería Fernando Quiñones en Cádiz, así que fue allí donde empecé mi aprendizaje formal para convertirme en profesional de este mundo loco.
Muchas de mis recetas tienen raíces gaditanas; por supuesto que sí, pero las adapto al producto local. Como he vivido en varios sitios de España y trabajado en diferentes cocinas, me influyen muchos tipos de cocinas regionales. Me gusta rescatar recetas olvidadas y modernizarlas aplicando las nuevas técnicas y productos actuales; así obtengo sabores del pasado pero con texturas de hoy. Incluso a algunos platos tradicionales andaluces les añado productos y técnicas de la cocina tradicional japonesa. En la foto: ajo blanco con granizado de mango que elaboré en uno de los cursos #a4manos con Chefs(in).
De Mallorca me ha sorprendido mucho la variedad y, sobre todo, la calidad de sus productos. El aceite de Sóller, la Flor de Sal des Trenc, hay unos vinos increíbles, los tomates, por no hablar de la sobrasada…
De mi tierra echo en falta el buen atún rojo de almadabra, sin duda. Diría el Atlántico, en general. Pero me gusta cocinar el pescado de la zona en la que trabajo. Así conozco nuevas materias primas. Para mi es muy importante que los cocineros potenciemos y favorezcamos el productor local.
