Mi experiencia en 2 Palillos

Cuando empezó mi aventura en el restaurante 2 Palillos de Barcelona imaginaba que sería una experiencia única y emocionante para mí. Trabajar en una cocina nueva, una jerarquía totalmente diferente, la manera de entender su cocina (la asiática); todo nuevo y excitante.

Llevaba tiempo con ganas de hacerlo, así que aprovechando el cierre por vacaciones de Es Ventall no me lo pensé cuando me contestaron que sí había una plaza para formar parte de su equipo.

Al buscar un alojamiento ya me di cuenta de que sería una experiencia positiva, ya que el piso que encontré estaba prácticamente dentro del mercado de La Boqueria; pocos sitios tan apasionantes para un cocinero se podrían encontrar en Barcelona: mezcla de colores, olores y bullicio, mucho bullicio, ambiente de mercado de los buenos.

He de reconocer que ha sido duro, las jornadas más cortas eran de 12 horas los martes y miércoles y el resto de días hasta el sábado la media era de 16-17 horas en una continua dinámica de trabajo que solo se detenía durante 30 minutos para comer o cenar.

Tener todas las horas con las tareas programadas como si fuera un reloj suizo, de las 10.00 a las 11.00 organizar la partida, de las 11.00 a las 12.00 tareas en común, a las 12.00 comida de familia, a las 12.30 comida, a las 13.00 reunión previa de servicio, cocinar y servir directamente a los clientes, al tratarse de una barra asiática todo es muy directo. A las 16.00 a preparar el servicio de la noche y así hasta las 18.30 que cenamos. Todo a un ritmo de fórmula 1, un día en un restaurante en el que cada minuto está medido y programado y las tareas divididas y repartidas.

Estoy acostumbrado a trabajar duro y no me arrugo por tener que hacer jornadas maratonianas, pero he de reconocer que los primeros días me costó adaptarme. También es cierto que el cuerpo se adapta y después de unos diez días ya me parecía de lo más normal.

He pasado por tres partidas de la cocina de 2 Palillos y más que las recetas o platos en concreto, me quedo con que ha sido una experiencia positiva, que me ha servido para crecer como profesional y como persona.

Me he rodeado de grandes profesionales y de buenas personas, he aprendido a valorar más mi profesión y he podido comprobar de esta experiencia, que tengo un puesto privilegiado dentro de mi profesión.

Estoy convencido de que estas experiencias son positivas para ver maneras de trabajar al más alto nivel y poder adoptar todo lo que se pueda trasladar a mi restaurante, para mejorar mi día a día profesional. Desde aquí un fuerte abrazo para todo el equipo de 2 Palillos, darles las gracias por acogerme, enseñarme y hacer que este mes con ellos haya sido una aventura gastronómica al más alto nivel.

¡¡¡Me he sentido un palillero más!!!