Siendo un joven ibicenco que nací y crecí, en esta maravillosa isla, de la cual estoy totalmente enamorado, puedo asegurar que hay pocos lugares en el mundo donde la calidad de vida pueda superar a la que en Ibiza tenemos.
Es una isla de contrastes, sí, eso es cierto, podemos encontrar rincones rústicos, casi vírgenes que permanecen intactos al paso de los años, con gente cercana y amable, de ese carácter tan peculiar que tenemos los isleños, siempre abiertos a una buena conversación.
Pero también, y cada vez más, estamos siendo colonizados por todo tipo de negocios, locales y turistas que solo se preocupan por aparentar, despilfarrar y explotar los recursos de una isla cada vez más sobrepoblada en temporada y la cual, teniendo unos recursos limitados, tiene que aguantar una gran masificación en los meses de verano.
No estoy en contra del lujo o la exclusividad, pero sí que creo que es necesario mantener el equlibrio. Que esto tal vez no deje de ser una burbuja más, como tantas otras vividas en este país o en otros lugares. Pero en este caso lo que esta en juego es mucho y muy valioso, es nuestra isla y sus recursos, sus playas, su posidonia, el agua que bebemos, nuestras costas, etc….
En definitiva, me viene a la cabeza una palabra que últimamente utilizamos mucho los cocineros, territorio, en el fondo es casi lo único que poseemos y que nos diferencia de los demás destinos turisticos, nuestro T E R R I T O R I O.
Por esto creo que es tan importante el equilibrio y la coherencia, lujo, yates, beach-clubs, discotecas etc. ¡Sí!, pero haciendo cumplir las normas y manteniendo una armonía entre turistas y residentes
Los residentes en la isla cada vez disfrutamos menos de los meses de temporada alta, yo mismo no recomiendo nunca a mis amigos que nos visiten durante los meses de junio-julio-agosto, son los tres meses que más sobrepoblación sufre la isla, cuando más se acentúan las cosas que menos me gustan de la isla que yo amo, la isla que me vio crecer.
Cada vez es más acentuado el problema de la vivienda, yo mismo he tenido que volver a prácticas del principio del boom turístico, tales como ofrecer vivienda al personal de mi restaurante ante la carencia total de viviendas de alquiler a precios razonables, para todo el año.
Ir el domingo con la familia a pasar un agradable día de playa, se esta convirtiendo cada vez mas en misión imposible, la arena es totalmente cubierta por hamacas y camas balinesas solo aptas para grandes bolsillos que puedan hacer frente a sus precios de “alquiler”, además estas playas son “ambientadas” con el constante hunchi-hunchi del DJ de turno.
La situación en el interior no es mucho mejor, en cuanto al trafico y las remotas posibilidades de que puedas encontrar un parking cerca de la zona de turno que necesites.
Las colas en las carreteras pueden llegar a ser desesperantes, sobre todo en determinadas zonas de la isla. Pero en general la isla no puede soportar tal flota de vehículos como estamos viendo en los últimos años.
Aun y con todo esto, Ibiza es un sitio mágico, único, inigualable, me atrevería a decir en muchos aspectos. Solo debemos de conseguir no caer en la trampa de morir del éxito.