Miquel Calent reinterpreta las recetas clásicas de la cocina mallorquina que forman la memoria de cada uno, platos que rememoran esos momentos especiales en familia, amigos, o que simplemente nos recuerdan y saben a casa. En su Hidden Kitchen, el menú que ofreció siguió la descripción sin dejarse ni una miga.
Los asistentes fueron trasladados al lugar del evento en un autocar de Transfer Class, después de ser recogidos en dos puntos de encuentro. Toni Camps, del departamento de comunicación de Chefs(in) recibía a los primeros en Palma, y Tolo Oliver, del departamento de comunicación de Deacorde Agency, se encargaba de recibirlos en Inca. Una vez reunidos, siguieron su camino hasta Pollença.
El evento
Recorriendo las calles empedradas y peatonales que les dirigían a la Plaça Major, en el centro histórico de la localidad, llegaron a El Club, el lugar escogido para la celebración. Un espacio cultural privado con más de 100 años de historia que empezó sus días como club ciclista y se ha convertido en un espacio de referencia de todos los pollencins, un teatro y un lugar de reunión.
Las puertas giratorias y la estética de este lugar casaban a la perfección con la cocina de Miquel Calent. El presidente, Gabriel March, recibió a los asistentes y los condujo hasta la sala del teatro, donde dio comienzo el evento con los primeros aperitivos. Miquel Calent saludó a sus comensales, les dió la bienvenida y les explicó el menú que había diseñado, junto a su equipo, para esa noche. En esa misma sala y en un ambiente más informal, March les explicó la historia del club y Nikole Servera, directora de operaciones de Chefs(in), les dio la bienvenida.
Mientras los comensales empezaban la noche, Miquel Calent y su equipo preparaban el resto del menú en la sala del primer piso. Acompañados por el equipo de El Club, los asistentes, subieron por las escaleras hasta el salón principal. En él, la exposición Rafel Bordoy 1922-1990, formada por piezas únicas de cerámica de colores llamativos, encajaba a la perfección con la propuesta de la mesa, vestida con el menaje, candelabros y magnífica mantelería de Jaiak. Desde la sala, con vistas a la Plaça Major de Pollença de noche. La iluminación interior indirecta y de color fue posible gracias a nuestro colaborador Aico.
Los 6 pasos del menú degustación, además de los aperitivos y petit fours del final, convirtieron la noche en una celebración de la artesanía gastronómica de Miquel Calent, acompañados de la explicación de cada uno de ellos. Los caldos del maridaje, uno para cada uno de los pasos, corrieron a cargo de Vinamica. Este fue el menú de la noche:
El menú
Cordero marinado a la antigua
Maridado con: Lumé Brut espumoso Zalema Huelva – D.O. Condado de Huelva
Arroz meloso de mar y montaña
Maridado con: Santa Cruz Artazu – D. O. Navarra
Pescado a la mallorquina
Maridado con: Forlong Mon Amour – V.T. Cadiz
Rata de ternera, cacao y plátano
Maridado con: Palacio Quemado Los Acilates – V.T. Extremadura
Raïm, sospir i sopa
Maridado con: Pedro Ximenez Hidalgo – D.O. Jerez-Xeres-Sherry
Pijama
Maridado con: Pedro Ximenez Hidalgo – D.O. Jerez-Xeres-Sherry
Tres finales dulces
En opinión del propio Calent, el mejor plato salado fue el tartar de cordero marinado, y el mejor dulce, el “Raïm, sospir i sopa”, un postre que recuerda a hogar, a comida casera y a su infancia. También preparó la versión del típico “pijama”, un postre que, en los años 80, se convirtió en final obligatorio de todas las reuniones familiares de cierta importancia y de todas las comidas en un restaurante.
En este momento todas las plazas de los próximos Hidden Kitchen están cubiertas, pero te dejamos el enlace a la agenda, para que no te pierdas nada: