Ocho series que nos encantan para amantes de la buena comida
Hablemos de series, porque de películas ya empezamos a hacerlo hace tiempo. Además, para qué mentir, nos encanta estar en casa, cuando empieza a bajar la temperatura, acurrucados, algo emocionados incluso, en compañía o en soledad, y ver como otras y otros cocinan. Se nos abren las papilas gustativas, olfativas, visuales, auditivas y golosas. ¿Quién no se ha sentido inspirado por una imagen, un plato o un personaje? Así que, sin filtros y sin orden aparente, sólo movidos por la emoción que nos han causado, esta es una minúscula lista, incompleta, y completamente subjetiva, de lo que la pequeña pantalla nos da la oportunidad de disfrutar en su modo ficción.
Phishing Daisies (Criando malvas)
No es exactamente una serie sobre gastronomía. De hecho, es la historia de un joven pastelero que tiene el poder de revivir a los muertos durante 60 segundos con solo tocarlos. Si no los vuelve a tocar antes de ese tiempo para que vuelvan a perecer, otra persona cercana lo hará. Es poco ortodoxa, cierto, pero sus tartas son exquisitas y sus secuencias de cocina, tremendamente jugosas de saborear.
Treme
David Simon repite el formato de The Wire con Treme, una maravilla rodada en New Orleans nueve meses después del Katrina. Una serie de personajes en la que parece no pasar nada nunca, pero en la que pasan todas las cosas que pasan en todas las vidas. Músicos, un profesor de literatura, la propietaria de un bar, un locutor de radio, una asistente social y una chef. La historia de Janette Desautel y su manera de cocinar es un alarde de desarrollo y pasión por la gastronomía. Además de la cantidad de chefs y locales que aparecen, claro. Enamorados hasta el fondo.
The Bear
La gran triunfadora de los premios Emmy desde que se estrenó. La serie de gastronomía de la que todo el mundo habla, una absoluta maravilla técnica, narrativa, interpretativa y emocional más allá de la pantalla. Algunos capítulos son para enmarcar fotograma a fotograma y algunas historias, por no decir todas y pecar de exagerados, son para quererlas hasta el final. Un gran chef recibe, como herencia tras la muerte de su hermano, un local de bocadillos y comida grasienta en Chicago. Personas y cocina en estado de creación pura. Más, por favor.
Foodie love
Isabel Coixet decidió trasladar su amor por los locales de comida y las historias de seres que se encuentran y desencuentran en una serie sobre eso precisamente. Una aplicación de citas une a dos amantes de la gastronomía para recorrer distintos establecimientos, probando distintos platos con consecuencias muy distintas. El mimo de la directora en cada escena y cada plato, unido a una Laia Costa y un Guillermo Pfening en perfecto punto de ebullición, multiplican las ganas de probarlos (casi) todos. Hagámoslo.
Julia
En Estados Unidos son especialistas en crear mitos de pequeños personajes que, de alguna manera, cambiaron alguna cosa. Y este es el caso de Julia Child, una mujer que demostró que su expansiva forma de ver el mundo y la cocina podía ser una serie de televisión. Y así fue. Meryl Streep le dio vida en Julie & Julia, y ahora Sarah Lancashire le pone rostro en su versión por episodios. Historia de la televisión en televisión, gastronomía francesa en todos los hogares de Estados Unidos, años 50, secuencias de cocina en casa, vestidos de flores, rulos, trajes, corbatas y gomina. ¿Qué más se puede pedir como entretenimiento?
Cocinando con química
Seguimos en los 50 en EEUU. Elizabeth Zott quiere dedicarse a la ciencia, pero la época y el lugar le dicen que lo único que puede hacer es ser ama de casa. Así que acepta un trabajo en un programa de cocina en el que no sólo hablará de recetas y cocciones. Brie Larson, nuestra Capitana Marvel favorita, demuestra que el Oscar por La habitación no fue una casualidad, y le pone un mimo y un cariño que nos hará caer rendidos a cada plato y a cada reacción. Con algunos episodios de sabores exquisitos y picantes, no podemos dejar de aplaudir esas manos.
Hierve (Boiling point)
Hierve, la película de Philip Barantini, rodada en un descomunal plano infinito y que mostraba el servicio en la noche de Navidad de un restaurante de alta gastronomía, fue sólo el principio. Esta miniserie del mismo título se centra en qué pasa después de la secuencia final. Mismos personajes, misma presión, misma tensión. La parte menos agradable de un servicio y de una profesión por la que apostamos con todas nuestras cartas. Los límites están para respetarlos, pero no todo el mundo sabe cómo. Atrévanse.
The Restaurant
Estocolmo, 21 de septiembre de 1945. La familia Löwander dirige el restaurante al que acuden los nazis más soberbios de Suecia. La guerra termina y el local teme su final. Una nueva generación de jóvenes, ideas y música invade el país escandinavo, pero no todos aplauden. En realidad, el restaurante y el momento son la excusa para contar la historia de amor entre Calle y Nina, y los cambios que se suceden en Europa, envueltas en unas secuencias de cocina brillantes y suculentas.
¿Hay más? Seguro. Pero estas nos parecen casi obligatorias. Así que, enciendan los fogones, abran la despensa y procedan.