Entender la muerte como una celebración de la vida no es algo fácil de digerir para los habitantes de muchos países. Históricamente, sus habitantes han asociado morir con tristeza y pérdida. Para David Moreno y el equipo del restaurante Can Simoneta, y Gabriela Mijas y Christian Balta, de la coctelería Agabar, la emoción es algo distinta. Además de desaparición y dolor, la ausencia de un ser querido, también supone colores, flores, luces y sombras, aplausos, recuerdos y momentos compartidos. Y como en toda celebración que se precie, gastronomía sólida y líquida. Que, al final, es de lo que trató la tercera edición del Día de Muertos de Chefs(in), de comer, beber y celebrar la vida.
Laberinto de botas
La localización elegida es tan fascinante como histórica: Bodegas Suau, un negocio familiar que, además de amigos y buenas personas, desde 1851, ofrece algunos de los productos más apreciados por los amantes del buen beber: Brandy Suau, Gin Maior y Ron Jungla. En ella, los tres miembros de Chefs(in) usaron las botas de la laberíntica bodega, el museo y la barra de degustación, además de otros espacios, para dar un espectáculo para el paladar y el resto de papilas gustativas. El aderezo musical perfecto lo pusieron Gori Matas y Aina Zanoguera, que se llevaron a su lenguaje algunas de las composiciones clásicas de un Día de Muertos para la memoria.
Ocho y cuatro: doce
El pasaporte con páginas troquelables con cada uno de los platos y los cócteles sirvió de mapa para que el medio centenar de comensales se movieran por el exterior e interior de las bodegas, en un viaje de ocho platos creados por la imaginación de David Moreno, verdadero ideólogo de este ya clásico Llámalo X de Chefs(in), maridado con cuatro cócteles creados por Gabriela Mijas y Christian Balta, sumados este año a la idea y, desde aquí, ya, ahora, pedimos que por muchos años.
Para ser exactos, el menú fue así:
Sólidos
- Ostra con chile jalapeño y lima
- Tostada de bogavante, escabeche y encurtidos
- Aguachile verde con gamba roja y hierbas dulces
- Burrata con pipián verde y maíz azul
- Quesadilla de cordero, crema ácida y quelites
- Chilaquiles rojos con huevo y cilantro
- Taco de bruixa adobado con guacamole
- Cochinita pibil con cebolla encurtida y piña
Extra:
- Pan de muerto
- Mesa de 9 petit fours
Líquidos
- Chiapas
Brandy Suau 15 – Siglo Cero – Oloroso – atole mango & maíz – aguamiel - Veracruz
Tequila blanco – piña – mango – cold brew cafe Veracruz – chocolate blanco – lima - Durango
Mezcal Derrumbes Durango – vermouth blanco – manzana – nuez - Jalisco
Tequila blanco – Chartreuse verde – shrub de piña y manzana – sal
El recorrido, además, sonó como tenía que hacerlo, con una versión propia en cinco paradas musicales en las que el músico Gori Matas y la cantante Aina Zanoguera, unidos para la ocasión en un dúo casi perfecto (la perfección siempre como meta) de versiones de clásicos mexicanos. Llorona, Cucurrucucú, paloma o Guataquí se convirtieron en algo más que una banda sonora y fueron una parte más del menú, demostrando que la música, como la gastronomía y la coctelería, dialoga con los sentidos para ofrecer una experiencia más allá de una cena en un recorrido.
Hasta el año que viene
No podemos sino agradecer, de nuevo, a Bodegas Suau por dejarnos su casa para que vosotros (y nosotros) pudiéramos disfrutarla. Y, como siempre, gracias, gracias, gracias, a todas las personas que dejásteis que os acompañamos en una velada que volverá, si la alineación de los astros así lo permite, la próxima noche del 31 de octubre, cuando las almas de los muertos vuelven para pasar unas horas con nosotros.