Deliciosa Cuina: chefs y películas

Deliciosa Cuina es el menú radiofónico de El Replà, el magnífico espacio que Araceli Bosch y David Oliver han lanzado a las ondas de IB3 Radio durante 424 programas. Un menú semanal de películas de cocina y chefs en el que los protagonistas han podido hablar de una gran pasión, las historias sobre fogones, restaurantes, platos y seres que habitan en las cocinas, con uno de nuestros compañeros, Toni Camps. Ellas y ellos han podido explicar el porqué de su película, la relación con su gastronomía, sus platos, sus personajes, su forma de entender el mundo y a lo que se dedican.

De momento, los pasos del menú del estudio 2 de la emisora ha sido el siguiente:

Durante media hora, la cocinera de imaginación infinita habló de dulces y salados. Desveló su pasión por el cacao y contó que, como la Vivien de Juliette Binoche, lo usa para transmitir sentimientos y provocar emociones. Además de declarar su amor por muchos otros ingredientes. Incluido Johnny Deep, por supuesto.

Ante el micrófono y con la sensibilidad que le caracteriza explicó todo lo que provoca la gastronomía tratada con emoción. El hombre que lo llena todo con su sonrisa y que redefine la cocina como una artesanía llena de tradición actualizada, nos llevó de la mano de una de sus películas de cabecera y nos explicó algunos secretos. La magia en estado radiofónico.

Desde Deliciosa Cuina nos recreamos en una de las mejores películas de cocina y emociones de la historia del cine. Una narración llena de ternura silenciosa, austeridad y pasión con una cocinera que lleva el producto de temporada a lugares donde parecía que no se podía llegar. Y por la que, igual que el general por Babette, el locutor declaró que se batiría en duelo a muerte.

Kiko es un artesano de la cocina que eligió una película sobre presión entre fogones, ganas de superación, fama al nivel estrella del rock, éxito rotundo, fracaso y redención. Este contraste, sin embargo, no le impide saber que en los restaurantes existen todos los modos que aparecen en la película y que no siempre es tan bonito como parece. Nos gusta escuchar la visión de alguien con la experiencia del que sabe de qué habla.

Miquel Gelabert le puso el título de esta película al menú de su restaurante, así que era (casi) obligatorio que hablara de ella. Aunque también de tradición, cocina de fogones y memoria gustativa y olfativa. Fue un placer escuchar cómo algunos platos se convierten en historia de alguien y que sirven para que el producto local y algunos antiguos procesos puedan tener una prometedora continuidad en el futuro.

Las películas sobre gastronomía tienen ese punto de cocción preciso que hace que sintamos una curiosa fascinación por ellas. Como toda buena receta, tienen una pizca de proceso secreto y una lista de pasos a seguir sin, a simple vista, ningún misterio. Por eso son tan fascinantes para los cinco sentidos. Se pueden tocar, como los platos que se pintan en los ojos de los que contemplan, aturdidos por su sabor, sus fragancias y texturas. Se pueden degustar, porque sus historias van, siempre, mucho más allá de la comedieta (a pesar de que, en ocasiones, lo sean) y eso se nota en el paladar, en la lengua, en la piel que se eriza con cada mordisco y cada sorbo de vino. Se pueden oír, cómo se escuchan los ingredientes crujir bajo la tapa, a fuego lento, o su banda sonora, que bien puede ser el Today I sing the blues de Aretha Franklin o el Comme via de Louis Prima, vosotros elegís. Se pueden oler, porque el vapor sabe cómo traspasar la pantalla, porque el sufrimiento o la sonrisa o los gritos y los cuchillos picando a contrarreloj también obligan a tomar una bocanada de aire por la nariz y a cerrar los ojos. Y se pueden mirar, qué duda cabe. Cómo use cada persona los ojos para hacerlo es cuestión de cada persona.

Por ahora, Deliciosa Cuina ha combinado sentidos para ser radio, cine y cocina. Y ha sido magnífico participar. Pero eso ha sido solo por ahora.