Es el Head Chef del restaurante Marc Fosh desde 2021, pero lleva con el maestro inglés desde cuatro años antes. Es una relación de amigos, casi familiar. Aunque durante la pandemia, dejaron de trabajar juntos: la isla estaba cerrada y él, inquieto y ávido de conocimiento, se marchó a Madrid y se metió en la cocina de Diverxo. Pero, cuando Marc Fosh le llamó para volver a su lado, no se lo pensó ni un segundo. Dice que es como un padre y que se siente como en una casa. Y lo reafirma añadiendo que no tiene intención de volver a Italia, su lugar de origen. Desde Roma, donde nació y estudió, ha trabajado en los mejores restaurantes de Milán, Venecia, Londres, Montecarlo, así que tiene una formación considerablemente abierta, lo que lo convierte en un chef con una cocina “de 360 grados. Aunque, como profesional, nunca dejo de aprender”. Se considera esencialmente mediterráneo y no descarta un futuro en solitario que reafirme su identidad. Una identidad que tiene que ver con el mar que rodea la isla. “Los italianos y los mallorquines somos muy iguales y cocinamos de la misma forma”. Y eso, inevitablemente, se nota en su cocina.