Borja Salas siempre tuvo una marcada obsesión por la gastronomía. Nacido en la Platja de Palma, s’Arenal, pasó su infancia entre los bares, restaurantes y hoteles de su abuelo, en una de las zonas turísticas más importantes de Mallorca. Desde pequeño, la cafetera cautivó su atención. De adolescente, quería trabajar de camarero y así lo hizo. Del verano sirviendo cafés, refrescos y cervezas a los turistas alemanes, pasó a viajar por la península y a volver a la isla para montar un local propio: el bar del Parc de n’Hereveta, de Porreres. En aquella época, aún no le gustaba el café. “Esa bebida tan amarga, a la que hay que ponerle un montón de azúcar”, decía. Estudió cocina en la escuela de Hostelería y se fijó en la sumillería. Fue entonces cuando descubrió el mundo del café: sus fermentaciones, procesados, secados y tostados. Se apuntó a la formación en distintas escuelas de España y Europa y decidió que esa idea de ser camarero podía transformarse en algo mucho más específico. Tras su paso como coffee roaster por Arabay dio el paso a su viaje en solitario. Ahora tuesta para hacer café y vender a pequeña escala en Sa Comuna de Lloret, su local de hamburguesas, carnes y, por supuesto, café de especialidad. Lleva sirviendo café en todos los eventos de Chefs(in) casi desde el principio de la marca. Y es todo un placer.