Sergio Torres, Andreu Genestra, Adrián Quetglas, Ariadna Salvador y Matías Iriarte compartieron pensamientos, trucos, pasiones y planes de futuro, en la segunda charla del XII Cicle Inca Business
Estar allí y escucharles hablar fue un auténtico placer, por admiración, sabiduría, espontaneidad y demostración de porqué son cinco de las personas más admiradas en las cocinas de muchos asistentes. Los protagonistas que se dieron cita en el Teatre Principal de Inca en el XII Cicle Inca Business, organizado por el Ayuntamiento de Inca y Economía de Mallorca, y coordinado, armado y estructurado por Chefs(in), hablaron de sus trayectorias, de sus derias, de su forma de entender la gastronomía y el negocio de la gastronomía. Y es en actos como éste, además de frente a sus fogones, sartenes y hornos, cuando entendemos las razones por las que les seguimos, escuchamos y, en algún momento, queremos ser como ellas y ellos: son sabios frente a las tablas de cortar y más allá de ellas.
Las charlas las inauguró Ariadna Salvador, chef de Ninumá, con un “estar aquí es como un máster, porque yo sólo hago cosas que me gustan, voy a pasármelo bien y a hacer feliz al cliente”. Habló de pasión y de formación, con pasión y amor. Sus palabras demostraron, como cada una de las veces que explica su labor, que no hay trampa ni cartón. Desde su sencillez, explicó que sus patos tienen una narrativa: “yo funciono a través del concepto y luego cuento la historia”. Fue ella, además, la que nos dejó con la emoción en el estómago con cada uno de los bocados que ofreció a los asistentes tras el evento.
El siguiente en subir al escenario fue Matías Iriarte, bartender de Sala de Personal, ganador de un Sol Repsol y tres estrellas Top Bar, un local de menú degustación con maridaje inverso de cócteles. Sus palabras pusieron en valor la coctelería como parte inseparable de la gastronomía y sus procesos. “Somos el primer restaurante de cócteles, creo que del mundo”, afirmó a razón del premio de gastronomía. «Me enamoré de mi profesión. Y hemos hecho un camino con nuestros clientes en el que entendimos que la mejor manera de avanzar era juntos», añadió. Además, «si nos dicen que no alguna vez en la vida, nos tiene que dar fuerza para seguir luchando por lo que queremos».
Adrián Quetglas, propietario de Adrián Quetglas Restaurant, con una estrella Michelín, expuso su trayectoria y las distintas formas de ver la gastronomía en países como Rusia. Se incorporó tarde a la cocina, pero entendió enseguida que podía ser un oficio en el que seguir aprendiendo y marcar un camino propio. “No copiar es un buen principio”, aconsejó. “Inspirarse sí, pero no copiar. Hay que hacer cosas que sean vuestras”.
Andreu Genestra, propietario de Senzill, Aromata y Andreu Genestra, también con una estrella Michelín y una estrella Verde, destacó la importancia de Inca como localidad gastronómica, además de mantener los lazos y el trato con los productos y proveedores locales. “Los de fuera valoran más lo que tenemos en Mallorca, como el caso del Forn de San Francesc, que tiene el mejor ‘doblegat’ del mundo y los mallorquines no lo saben”, afirmó en referencia a su ciudad natal. Además de hacer un repaso por los empresarios de la capital del Raiguer, su experiencia, su conocimiento y su forma de entender los negocios, también habló de sacrificio y de la importancia de trabajar y no rendirse.
“Caerse es volver a levantarse”, explicó Sergio Torres, la mitad de Cocina con Hermanos Torres, con tres estrellas Michelin, arrancando aplausos y sonrisas al desgranar el plan maestro que su hermano y él trazaron cuando tenían ocho años. En su charla, expuso su idea de ir a conocer y trabajar en una larga lista de cocinas del mundo, con el objetivo de abrir un restaurante propio. Años más tarde y con el reconocimiento como uno de los mejores establecimientos del mundo, dio una lección de sencillez y cercanía. «La cocina tiene que tener personalidad, la tuya y la de los tuyos», expuso. Además, habló de producto local y de productores, ya que, sin ellos, “no se puede conseguir una cocina de calidad”.
Pero también hablaron, en el turno de preguntas, de ingredientes fetiche, bocados inconfesables y bailes en la cocina. Y contestaron a las inquietudes del público y ofrecieron alguna exclusiva, como el nuevo restaurante de Andreu Genestra. Los aplausos cómplices llevaron a las firmas de libros y el photocall, que culminó con la charla entre los invitados y las autoridades.
Como siempre, un placer que os suméis a la aventura.