Los comercios emblemáticos son parte de la identidad de una ciudad. Palma los reivindica como parte de la memoria colectiva.
Se cierran algunos pequeños comercios en las grandes ciudades y se transforman en “ciudades franquicia”, sin personalidad, sin historia. El ayuntamiento de Palma se ha empeñado en evitarlo y ha puesto el foco en su catalogación y difusión. Sus responsables interpretan el pequeño comercio como un elemento vertebrador de la ciudad, en un «referente de la memoria colectiva», en palabras del alcalde Antoni Noguera.
Porque cada vez que cierra un establecimiento emblemático (que lo es por antigüedad, por mantener una actividad singular o por contener elementos patrimoniales protegidos) se tapia una puerta de nuestra historia. No se trata de conservar lo antiguo por una razón sentimental si no de proteger la identidad de la ciudad. No son reliquias que admirar sino lugares con vida donde se practica el ritual de la compra, de persona a persona.
Desde Chefs(in) queremos contribuir al conocimiento de estos lugares únicos y, como lo nuestro es la gastronomía, los hemos relacionado con un chef con negocio en Palma. Aquí hay 12. Por suerte, la lista es de 65. Os invitamos a descubrirlos en palmaactiva.com.
Forn des Teatre
Son muchas las crónicas que se han escrito y las fotos que se han hecho de este emblemático horno de principios del siglo XX situado en la plaza Weyler número 9, a dos pasos del Teatre Principal, frente a lo que fue el Gran Hotel y que ahora acoge la Fundació La Caixa; un horno que destaca por su fachada modernista protegida, ejemplo emblemático del Art Nouveau en Palma aplicado a los comercios.
Pero ahora es Tomeu Arbona, repostero y panadero, quien reivindica la ternura de las recetas antiguas y el pan de resistencia producido con harinas locales, rindiendo un homenaje a los horneros que le han precedido a lo largo de la historia y que crearon las recetas que él ahora se encarga de recuperar para mostrarnos cómo comían nobles, payeses y ciudadanos.
Dice Tomeu que ha sido una gran suerte encontrar este local tan representativo de la ciudad y poder darle vida otra vez.
Calzados Estarellas
Hoy, quien está al frente de la zapatería, situada en calle Colom, es Francisco Estarellas, nieto de Miquel.
Francisco dejó que Pau Navarro, el chef de Clandestí, se subiera a la otomana de color vino para la foto que, aunque no es la original, es una pieza característica de la tienda.
Le contó anécdotas de la historia de Calzados Estarellas como que llegaron a tener seis empleados, entre ellos, dos repartidores porque las clientas nunca cargaban con las bolsas hasta casa; que fabricaban a medida los zapatos para los jugadores del equipo de fútbol Alfonso XIII, porque algunos tenían el pie con el que chutaban más grande que el otro; o que la hija de Franco compró sus zapatos de su primera comunión en Calzados Estarellas.
Paraguas
Paraguas es uno de esos tesoros que podemos encontrar en el centro de Palma, un negocio familiar de hace más de 100 años.
Maribel Moyá es la actual dueña. Su abuelo, Francisco Segura, fundó la fábrica de paraguas en 1910, en el mismo lugar que ocupa la tienda.
Aquí se vendía la producción y, junto a los paraguas, bastones para los hombres, símbolo de elegancia en la vestimenta de principios del siglo XX. Con el tiempo se añadieron guantes y abanicos. Y más adelante, mantones de Manila bordados a mano.
Todos estos productos siguen hoy a la venta, adaptados a los nuevos tiempos. Maribel no sabe cuántas referencias de bastones o paraguas tiene. “Muchísimos”, ríe. Ya no hay fábricas en España o en Francia, nos dice, pero siguen cuidando con esmero la calidad y el diseño. Miquel Calent, chef de Can Calent y Cuit, posó frente al emblemático escaparate y cartel tipográfico.
Cercería La Real
La cerería abrió sus puertas entre 1917 y 1923, su dueño por aquel entonces era Enrique Vives, director de la revista Baleares y quien regentaba la tienda era su mujer.
Así que la cerería empezó solo con la venta de cirios, como el que sujeta el coctelero de Chapeau Palma y brand ambassador de Bodegas Suau, Matías Iriarte, pero con el tiempo, amplió su gama de productos.
Ahora podemos encontrar en esta pequeña tienda de la Plaza Hospital una gran variedad de objetos religiosos como crucifijos, rosarios o tallas de santos. De hecho, su producto estrella, después de los cirios, es la imagen que ofrecen en exclusiva del Sant Crist de la Sang, cuya talla se venera con devoción en la iglesia del Hospital General .
Ca Donya Àngela
En la puerta, una antigua foto y un anuncio repasan varias generaciones de la familia de propietarios. El marido de doña Àngela Bonnín (1895 – 1987) perteneció a la novena generación. Miquel Aguiló (1961), actual propietario, es su nieto.
Su historia es la historia de una parte de Palma, ligada a los judíos conversos y a sus descendientes, que Miquel ha hilado a partir de documentos originales para escribir “Ca Donya Àngela. La darrera merceria del Segell”.
Borja Salas, barista en Arabay Coffee, fue vecino de Ca Donya Àngela donde Miquel y su mujer despachan productos que ya se vendían 200 años atrás. Hoy las medias son de nylon y no hay casi sastres ni modistas. Pero los clientes siguen comprando botones, cremalleras o hilos de bordar, y los turistas, pañuelos de tela que ya no encuentran en sus países. Ca Donya Àngela es, también hoy, una historia de resistencia.
Imprenta Nueva Balear
La Imprenta Nueva Balear nació como una fábrica de naipes de capital alemán en 1913. Más adelante, la empresa se declaró en quiebra y Roberto Aguiló Bonnin compró el negocio.
Desde entonces, la imprenta jamás ha parado su actividad, ni durante la Guerra Civil Española. Cuatro generaciones después son Belén y Roberto Aguiló Mora quienes están al frente del negocio familiar.
El chef de Dins, Santi Taura, posa para la foto agarrando la palanca que pone en funcionamiento una de las joyas de Imprenta Nueva Balear: una máquina tipográfica de los años 60 que se sigue usando actualmente, pero solo para trabajos muy concretos y únicos, pues el efecto que se consigue a través de moldes de madera y plomo no se puede lograr con ninguna otra máquina.
La Filadora
La Filadora la fundó en 1918 Josep Purcernau. Durante muchos años destacó en la calle Sant Miquel de Palma donde sus telas marcaron el ritmo de las estaciones, con colores, estampados y texturas, ya fuera para confeccionar un disfraz, un uniforme o un vestido de celebración.
Hoy, esta tienda especializada en telas y taller de confección está en la calle Foners, histórica calle comercial del ensanche de Palma. La hiladora vestida con el traje tradicional mallorquín le da la bienvenida a Ariadna Salvador, propietaria del obrador Ninumá, desde el mítico cartel. En la foto, la vemos sentada sobre la mesa de casi cuatro metros de largo donde, a diario, los trabajadores de La Filadora asesoran a sus clientes.
En el local siguen conservando géneros tradicionales como el hilo, el paño o la sarga, mientras introducen lo último en tejidos técnicos como el neopreno. La Filadora no es solo un espacio lleno de rollos de tela, es un lugar lleno de proyectos y creatividad.
La Industrial
La Industrial fue fundada en 1800 y, desde entonces, jamás ha cerrado sus puertas. Esta juguetería, que es la más antigua de Palma, ha sobrevivido a la Guerra Civil, a la posguerra y a varias crisis.
La compró el joyero Fernando Aguiló y, aunque antes también se vendían otros productos, se fue especializando en juguetes. Dos generaciones después, las hermanas Neus y Concepció Aguiló, nietas de Fernando, se encargan del negocio.
La Industrial destaca por su rótulo de neón de la fachada sobre la marquesina verde. También por sus juguetes únicos como la muñeca Mariquita Pérez, original de los años 40, o el coche clásico que sujeta en la foto el chef Adrián Quetglas, que siempre llama la atención de los más pequeños.
El escaparate de las fiestas de Navidad es el más esperado y es obra de toda la familia de La Industrial.
Forn de la Glòria
Hay muchas fechas clave en la historia del Forn de la Glòria. Es una de las panaderías más antiguas del casco antiguo de Palma, situada en un edificio de 1870.
Su raíz es tan profunda que hasta la calle donde está ubicada lleva su nombre. En su interior un espléndido horno tradicional moruno tras un arco modernista en el que está esculpido el nombre de Gran Panadería la Gloria.
Sus actuales dueños, los hermanos Sebastià y Xisca Camps, pertenecen a la segunda generación de su familia que regenta el Forn de la Glòria desde 1977. Hoy son vecinos del nuevo Can Bordoy Grand House & Garden en cuyo restaurante Botànic cocina Andrés Benítez su propuesta de cocina gourmet saludable. Por eso el chef ha escogido este comercio emblemático. Le entusiasma poder incluir en la carta de Botànic productos tradicionales del horno.
La Pajarita
La Pajarita es bombonería y tienda delicatessen. Se fundó en 1872 como una chocolatería, que atrajo al mismísimo Archiduque Luis Salvador de Austria.
Más adelante incluyó productos ultramarinos, casi imposibles de encontrar en Mallorca. Aquí entró el chef Andreu Genestra atraído de inmediato por el intenso olor del chocolate y los colores vivos de la bombonería. Hay 40 tipos de bombones diferentes. Este establecimiento fue el primero en vender café y champán Möet Chandon en Mallorca. Si ayer fueron el archiduque y el escritor Robert Graves, hoy personalidades como la reina emérita Sofía se cuentan entre la clientela, como cientos de mallorquines que siguen apreciando el buen producto y la buena atención.
Casa Juliá
En 1898 don Francisco Juliá fundó la sombrerería en Palma. Por aquel entonces, todos los sombreros que ofrecían en Sombrerería Casa Juliá eran de fabricación propia.
Solo durante la Guerra Civil cerraron su taller situado en la planta superior del local por escasez de materiales. Cuatro generaciones después son los hermanos Silvia y Daniel Estela los que se encargan de la sombrerería desde la misma marquesina que sus antepasados. En Casa Juliá llevan más de 120 años aconsejando a importantes personalidades del mundo de las artes, de la política e incluso de la realeza. El chef Marc Fosh también es hombre de llevar sombrero. Para la foto se despojó de su habitual gorra de lana y se encajó uno de los sombreros de fabricación artesanal.
En Casa Juliá se caracterizan por su atención personalizada y por elaborar el 90% de sus productos en España.
Mimbrería Vidal
Mimbrería Vidal está situada entre dos calles con mucha historia: la calle Corderia, donde tiempo atrás los artesanos trabajaban la cuerda y el esparto y donde permaneció activa durante 500 años y siempre con la misma familia la espartería Ca la Seu, y la calle Hostals, a donde llegaban los payeses de fora vila para comerciar.
Nos lo cuenta Pep Vidal. Su hijo Tomás es quien hoy se encarga de todo pero Pep sigue yendo a la tienda donde antes se dedicaban, sobre todo, al mobiliario de mimbre para bares, hoteles y restaurantes. Hoy venden, principalmente, cestas y cortinas, productos elaborados con materiales vegetales como la enea, el palmito, el esparto, la caña o el mimbre y reparan sillas de cuerda y balancines.
Hasta aquí vino Tomeu Martí, chef de Arume, quien posa en la foto con una cesta de mimbre como la que suele utilizar a diario. El 60% de los productos de Mimbrería Vidal se elaboran en Mallorca.